Si todo el esfuerzo que haces para otros lo hicieras para ti, serías un éxito en poco tiempo...
Si tan solo la mitad de esa dedicación, madrugadas, tolerancia y concentración que le dedicamos al ser empleados de otros se la dedicásemos a nuestros propios proyectos y sueños, estaríamos ya muy cerca a la libertad. Duele descubrir que cuando se trata de ser mi propio jefe no me levanto, no estudio, no leo, el tiempo se nos va en “redes sociales” en novelas y series donde igual tampoco soy el protagonista! ¿La causa? Varias con seguridad, pero una de ellas es como un hueso roído ya en mis labios : Falta de disciplina.
La falta de disciplina sigue vigente, sigue viva por la cruda realidad: el desorden, la pereza, la indisciplina.
Es increíble como funcionamos para otros y perecemos en letargo para nosotros mismos. Los jefes de esta vida creen plenamente que nosotros podemos serles productivos a ellos, pero nosotros seguimos sin creer en nosotros mismos, solo soñamos y soñamos pero nunca despertamos a la realidad de que nadie va a hacer por mí lo que solo yo debo hacer con dedicación, pasión y disciplina.
Si este mensaje no aplica para su vida solo déjelo pasar, en esta vida casi todo es multi-factorial y siempre hay excepciones. (En este momento Nicaragua, Venezuela están siendo excepción a muchas reglas, ánimo muchachos no paren de protestar y denunciar).
Pero si siente que es con usted, no lo evada más lanzando la culpa sobre el jefe, el sistema, el estado y los demás, que los culpables en muchos casos somos nosotros mismos, por no tenernos Fe y Disciplina. “Siga trabajando con respeto y disciplina para otros, pero no abandone sus sueños y sea tenaz a la hora de ejecutarlos”.
Yokoy Kenjy
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